sábado, 29 de septiembre de 2012

Santa Gertrudis La Magna y los confines de Baja California

Pocos lo saben, pero el desierto central de Baja California resguarda dos tesoros virreinales del siglo XVIII, las misiones jesuitas de Santa Gertrudis La Magna (1752) y San Francisco de Borja (1762). Aunque los sitios misionales son jesuitas las edificaciones que hoy se conservan en cantera fueron construidas por los dominicos tras la expulsión de la Compañía de Jesús de la Nueva España. En esta entrada comentaré sobre la misión de Santa Gertrudis La Magna, la primera en ser construida en lo que hoy es territorio bajocaliforniano.

Partiendo de la misión de San Ignacio de Kadakaaman en Baja California Sur, el padre jesuita Fernando Consag fundó la misión en 1751 e inició la evangelización de los cochimíes de la zona (una etnia ahora extinto en gran parte por causa del sistema misional). Posteriormente, el padre Rentz ayudó a la construcción de la misión que en sus tiempos era de adobe.


Llama la atención que el campanario se encuentra separado del resto del conjunto.


La misión permaneció en ruinas y fue resguardada únicamente por cinco familias. Hoy ha sido recuperada y en uno de sus cuartos se encuentra un museo con las piezas de arte sacro que aún se conservan.


Antes de llegar a la misión se encuentra un oasis, que sirvió en su momento para mantener la producción agrícola de la misión y hoy abastece de agua a los pocos habitantes de esta zona, conocida desde tiempos del padre Consag como La Piedad. 


Tips.

1. Al estar orientada hacia el este, si la intención es hacer fotografías de la fachada vale la pena estar en la misión al amanecer, cuando la luz del sol da tonos particularmente atractivos en los muros de piedra.

2. Durante la tarde, el campanario se ilumina de manera bastante atractiva por lo que podría plantearse un día entero para esta región. Visitar muy temprano la misión, ir a las pinturas rupestres y alcanzar el golfo de California para gastar el día y regresar por la tarde para hacer fotos del campanario y el bosque de cardones del camino de regreso.


3. Rumbo a la misión, al noroeste de El Arco, está Pozo Alemán , un pueblo fantasma de finales del siglo XIX.

4. Cerca del sitio misional están las pinturas rupuestres de estilo Gran Mural de la Mesa del Carmen (como las de San Francisco de la Sierra en Baja California Sur, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO). Desafortunadamente, me enteré de ello regresando de mi visita a este recóndito tesoro bajocaliforniano. De su ubicación exacta no puedo decir nada, pero seguramente las familias que cuidan la misión podrán dar mayor información. Recordemos que tanto la misión como las pinturas rupestres son patrimonio de todos y hago una invitación a respetar el derecho de gozo a las futuras generaciones. Las recomendaciones son simples: no usar flash (de no llevar tripié súbele el ISO a tu cámara) y está por demás pedir que no se alteres las pinturas.

Entorno natural de Ensenada



Se puede decir que Baja California es la cara B de México. Del territorio que hoy en día pertenece a nuestro país, fue el último en ser colonizado por la cultura occidental. De hecho, los intentos que los dominicos hicieron por evangelizar a los yumanos fracasaron y hasta hoy en día, la mayoría de las comunidades indígenas no toman muy en serio a las religiones católicas y mantienen parte de su cosmovisión original. La ciudad y puerto de Ensenada, cabecera del municipio más grande del país conserva en sus alrededores una alternativa verde para el disfrute de los locales y visitantes.


Los cerros que rodean la ciudad mantienen la vegetación nativa, tal es el caso más conocido del cerro de El Vigía, en la entrada norte, donde uno puede ver distintas especies de cactáceas y arbustos extenderse por sus laderas. La localmente conocida “Lagunita”, a un lado de la Macroplaza de reciente creación, es santuario para numerosas especies de aves migratorias y ha sobrevivido a numerosos intentos por desaparecerla a manos de voraces inversionistas. Este humedal es la entrada norte de la zona de dunas que aún queda en la mancha urbana, en lo que se conoce como la playa El Ciprés, actualmente cerrada al público pero que ofrece estampas fenomenales.




Hacia el nororiente de la ciudad existe otra ruta medianamente explotada. Los primeros domingos de cada mes hay una caminata partiendo del Cañón de Doña Petra hacia San Antonio de las Minas (el inicio de la ruta del vino). El trayecto sigue una vereda de pendientes pronunciadas que pasa por distintos tipos de vegetación característicos del mediterráneo bajocaliforniano. Si bien esta caminata colectiva se da una vez al mes, no existe una limitante para aquel que guste practicar senderismo cualquier día del año, aunque es recomendable hacer la caminata en invierno, ya que esta región del país se caracteriza por tener entonces su temporada de lluvias y por lo tanto, los cerros se vuelven de tonalidades verdes.


Las lluvias en invierno traen consigo otra eventualidad, la fructificación de una gran diversidad de hongos, algunos venenosos como la Amanita (derecha arriba) y el maderero (derecha abajo) y otros comestibles como Boletus dryophylus (derecha centro).


Uno de los atractivos más destacados de esta ruta es el bosque de pinos costeros (Pinus attenuata), que como la mayoría de las coníferas se mantienen verdes durante todo el año. Las laderas ofrecen vistas espectaculares del dosel así como de la bahía de Todos Santos.


Casi llegando a San Antonio de las Minas existe una cañada entre dos majestuosos cerros, donde encontramos los primeros encinares (el encino de la región es nombrado Quercus agrifolia). Es en esta zona donde encontramos ciertas especies de hongos que forman micorrizas (asociaciones hongo-árbol) exclusivas con los encinos.
Esta ruta florística nos muestra la vegetación de chaparral, encinares y bosques, sin embargo, hacia el extremo sur de la ciudad de Ensenada existen otros paisajes no menos despreciables. Siguiendo la carretera federal #1 que en su paso por la cabecera municipal se le nombra Av. Reforma o Carretera Transpeninsular, uno llegará a la comunidad de Maneadero donde existe una bifurcación. A la izquierda (de norte a sur), la carretera sigue rumbo a La Paz mientras que a la derecha se encuentra el camino que lleva a La Bufadora. Las opciones de esta ruta son múltiples y no menos fascinantes.


La primera parada de la ruta sur podría ser el Estero Punta Banda y su barra arenosa, pero dedicaremos otra entrada para hablar de este lugar declarado como sitio Ramsar. Pero en lo que se prepara dicha publicación, hacemos la recomendación de no intentar caminar sobre el fango cuando la marea esté baja puesto a que podrían ocurrir accidentes serios como quedar sumergido en el sustrato blando. En la comunidad de La Joya hay varios locales que prestan servicios ecoturísticos, como paseos a caballo y en lancha. La foto de abajo muestra la vista de la barra arenosa desde uno de los cerros al sur, se ve a la derecha el estero, al centro la barra y a la izquierda las playas de la bahía de Todos Santos.

La segunda parada de esta ruta es Arbolitos, una zona de acantilados que miran hacia el Océano Pacífico fuera de la Bahía de Todos Santos. Sus aguas son frías, pero con un traje de neopreno, bucear o esnorquelear en ellas ofrece paisajes impresionantes únicos en México: los bosques de quelpos. Pero para aquel que no guste de entrar al agua, el simple paisaje que brindan los acantilados es soberbio, ya sea al amanecer o al atardecer.


La vegetación de esta zona es conocida como matorral costero, y uno de sus habitantes más notables es una especie de maguey conocida como Agave shawii, endémica de esta región de Baja California. Florea una vez en su vida, y su inflorescencia tiene un pedúnculo de un par de metros de altura que nos brinda estampas como la siguiente.

Descender hacia la orilla del mar por escaleras rudimentarias construidas en los acantilados para sentarse a escuchar el cantorodado ser agitado por las olas, o ver los cangrejos caminar por entre las piedras ya es en sí una maravilla. Pero debajo de la superficie, las majestuosas algas de los géneros Egregia y Macrocystis cobijan una diversidad aún más impresionante: peces multicolores, erizos de mar rojos y morados, abulones, lapas, langostas, estrellas de cinco y veinte brazos, pepinos de mar, gusanos de abanico, pequeñas algas verdes, pardas y rojas por citar los organismos más llamativos.

Desafortunadamente, esta joya bajacaliforniana sufre el hecho de estar medianamente accesible y frecuentemente encontramos basura y en temporadas se ve sobreexplotados por el turista irresponsable que gusta llevarse "recuerdos" como estrellas de mar y erizos que terminarán muy probablemente en la basura. Promoviendo un poco el uso responsable de los recursos, la autoridad da cierto permiso de colecta de estos llamativos organismos (en especial las estrellas de mar de cinco brazos) y uno puede comprar en el malecón y la calle primera de Ensenada, ejemplares ya preparados a un precio razonable.

Así que cómo verán, el encanto de Ensenada no está propiamente en su zona urbana sino en sus alrededores, que en pocos minutos nos brinda una experiencia de contacto con la naturaleza de la que pocas ciudades pueden presumir. No obstante, Ensenada guarda algunas joyas arquitectónicas de finales del siglo XIX y principios del siglo XX de las cuales hablaré en otra ocasión.






Más distantes de la cabecera municipal, encontramos otras joyas naturales a los que bien valdrá la pena dedicarles una entrada independiente, entre ellos los que circundan a la comunidad kumiai de San Antonio Necua como el Salto de Guadalupe, Necua Viejo y la Sierra Blanca, la laguna Juárez o los valles de Santo Tomás y los pinares de Playa Eréndira.

domingo, 1 de enero de 2012

Zona de Monumentos Históricos de Mexicali


Mexicali, fundada en 1903, es hoy la capital del joven estado de Baja California. Esta ciudad centenaria tuvo su origen a principios del siglo XX, cuando el estadounidense Anthony Heber promovió el establecimiento de un poblado en esta zona fronteriza, tras adquirir la Sociedad de Irrigación y Terrenos de la Baja California, A.C. Se considera como la fecha oficial de su fundación el día en que fue nombrada la primer autoridad del poblado, y esto fue el 14 de marzo de 1903, cuando Manuel Vizcarra asume el cargo de Juez Auxiliar de Paz.

A finales del siglo XIX, en los Estados Unidos se había requerido la mano de obra china para la construcción de las vías férreas, sin embargo, al concluir estos trabajos, el gobierno de ese país rechazó a la comunidad oriental. Esto coincidió con la necesidad de mano de obra en la región fronteriza de Baja California, en especial, en el creciente poblado de Mexicali. La mano de obra mexicana era escasa, por lo que el gobierno facilitó la entrada de los inmigrantes chinos a principios del siglo XX. Es así como los chinos se convirtieron en parte importante de la historia de Mexicali, y razón por la cual la comida china se convirtió en el centro de la gastronomía de la ciudad. Hoy las relaciones entre Mexicali y China son fuertes, y llevaron a la colocación de una págoda china en la Plaza de la Amistad, justo a unos metros de la aduana fronteriza Mexicali-Calexico.

En 1915 se construyó el edificio de la Escuela Cuahutémoc. Años más tarde, en la segunda mitad de los años 50's del siglo XX, la construcción pasó a manos de la Universidad Autónoma de Baja California. Finalmente, el edificio hoy alberga la Casa de la Cultura, y está ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad, separada sólo por la Av. Cristóbal Colón de la línea fronteriza.

Ya con una población permanente, Mexicali vio nacer al Templo de Nuestra Señora de Guadalupe en 1917, donde se ofició por primera vez una misa de navidad meses después de su construcción. Hoy, ese templo casi centenario es la sede del obispado de Mexicali, en otras palabras, es la Catedral de Mexicali, y está ubicada en el corazón de su centro histórico, a un par de cuadras de la línea fronteriza.


En 1921, se construye el edificio de la empresa fundada en 1902, The Colorado River Land Company, dedicada al comercio del algodón, y detonante en el desarrollo económico del Valle de Mexicali. El edificio, con 90 años de antigüedad, hoy sigue en pie en el centro histórico de la ciudad. El estilo arquitectónico se define como "californiano" y tiene verdes jardines y murales en su interior. Hoy es utilizado para albergar oficinas de varias empresas de la localidad, y aunque está prohibido tomarle fotos, no es un reto muy difícil, por lo cual les dejo un retrato del edificio.

Meses después de la culminación del edificio de The Colorado River Land Company, se concluyó el edificio del Antiguo Ayuntamiento de la Ciudad, hoy sede de la Rectoría de la Univesidad Autónoma de Baja California (UABC). La construcción de este edificio había iniciado en 1919, y en manos del Ing. José Inocente Lugo, es terminada en 1922 con un estilo francés. En 1957 pasa a manos de la UABC.



Otro edificio emblemático es la Antigua Cervecería Mexicali, construída en 1923, sobre una estructura base de madera recubierta con concreto. Hoy en día, sólo queda de aquel glorioso pasado un edificio restaurado con su reloj en la parte superior, albergando una maquiladora por dentro.


El edificio de la hoy escuela de artes de la UABC, construído entre 1923-1925, funcionó como Palacio Municipal de Mexicali de 1926 a 1986.


En 1923, se concluye la construcción de una de las edificaciones más emblemáticas de la ciudad de Mexicali. La escuela primaria federal Leona Vicario, que abrió sus puertas el 1 de abril de 1924, en un principio, sólo para niñas, aunque la demanda obligó a que sus servicios se extendieran para varones. En 1997 fue declarada Patrimonio Cultural de la Ciudad y es la única escuela de la primera mitad del siglo XX que se mantiene operando.


Un cuarto de siglo después, se fundó el Hotel del Norte, mismo que aún continúa en operaciones. Con un estilo arquitectónico único, evitando las aristas puntiagudas, impuso una etapa en la arquitectura de Mexicali que fue seguido por otras edificaciones de la época que aún se encuentran de pie en el Centro Histórico de la Ciudad.


Cerca de 25 años más tarde, se construyen la Plaza de Toros Calafia (1975), y el actual Centro de Gobierno (1977), con los edificios del Poder Ejecutivo del Estado, el Poder Legislativo y el Ayuntamiento de Mexicali, así como el monumento de "La ciudad cuyo cielo caputró al Sol". Este conjunto arquitectónico, se encuentra separado del centro histórico de Mexicali, en lo que hoy se conoce como el centro cívico de la ciudad.



Otros monumentos dignos de ser admirados son el monumento a los pioneros (del que no tengo foto en este momento) y la enorme escultura de Lázaro Cárdenas, quien repartió el Valle de Mexicali a mexicanos en la segunda mitad del siglo XX, promoviendo la colonización de esta región por nacionales provinientes principalmente de los estados de Michoacán y Guanajuato.